En lo mejor del sueño, cantó el gallo del vecino. Potente, se hizo escuchar en todo el barrio, como cada mañana a la misma hora. Era su despertador infalible.
Se calzó las pantuflas y sin encender las luces, caminó hacia el pasillo. Su mujer aún dormía, ajena a cualquier sonido. Podía escuchar el leve ronquido mientras dejaba atrás la habitación.
Quiso recordar que era lo que estaba soñando, pero el argumento se le escapaba, deshaciéndose como una galleta en el agua. Tenía algunas imágenes sueltas, que juntas no tenían sentido. Desistió de ese rompecabezas y le prestó atención al espejo, que lo recibía con el cabello revuelto y la barba tupida. Se afeitó, se peinó y se puso colonia. Limpió todo lo que utilizó y secó las gotas que habían salpicado el piso.
Segundos después estaba en la cocina. A veces se preguntaba cómo es que llegaba a ciertos lugares apenas se levantaba, sin recordar el recorrido. Tenía la teoría que uno sigue durmiendo aún despierto, al menos una hora más y todo lo que hace, lo hace por inercia, debido a la rutina a la que uno se acostumbra. Eso lo pensaba en horas tardías, no durante esos instantes, en los que si, en cambio, se preparaba un desayuno compuesto por mate y tostadas con mermelada.
Todavía faltaba para salir a la calle y hacerle frente a las obligaciones. Suspiró con el mate en la mano, previendo ese momento crucial en la vida del hombre, cuando atraviesa el umbral de lo conocido, de la morada donde se siente a salvo, y se lanza al voraz infierno de la ciudad.
Miró el reloj de la pared y mecánicamente encendió el televisor. Estaba comenzando el primer noticiero del día. Mientras le ponía membrillo a una tostada, escuchó las presentaciones formales de los periodistas.
- Para hoy el servicio nacional de ánimo y sentimientos prevé un día feliz. Por la mañana, nostalgias fugaces, algún que otro achaque de tristeza, pero repuntando al mediodía, con lluvia de buenos momentos para mejorar del todo por la tarde. Para la noche, felicidad plena.
Chupó con énfasis el mate. Se alegró con el pronóstico, le venía bien un día así.
- En tanto - prosiguió el periodista - el índice de probabilidades de muerte para el día de hoy ha subido un 33%.
- Es una buena noticia - agregó la otra periodista - Con ese pronóstico, sin dudas que era esperable un comportamiento así del índice. Venimos de una semana difícil, recordemos la ola de suicidios. Por suerte, la población está saliendo adelante.
El agua cayó con un estético chorro dentro del mate. Movió un poco la bombilla y luego se la llevó a los labios. Meneaba la cabeza en reprobación. El recuerdo de la semana anterior fastidió algo su humor. Aún le costaba creer las decisiones de muchos, llevados por la masa popular.
- Muchas novedades a lo largo de la noche. Vamos con los principales titulares y comenzamos por el terremoto en Francia, que está haciendo peligrar la Torre Eiffel. Aunque parezca mentira, el gigantesco monumento galo ha visto afectada su estructura y actualmente un grupo de ingenieros está buscando soluciones para evitar que se caiga.
- Como dato secundario, hubo trescientos cinco muertos en dicha catástrofe - acotó la mujer.
- India. Cinco edificios colapsaron, aparentemente por superpoblación. Estaban lindantes uno con otro y al caerse el primero, derivó en un efecto dominó. La increíble imagen fue captada por un holoaficionado y la imagen es viral en todo el mundo. Incluso ya se están haciendo parodias del suceso.
Se quitó las migas de la boca con el dorso de la mano, mientras hacía una mueca ante la noticia que acababa de escuchar. En la pantalla, la periodista sonreía y proseguía con la información.
- En materia de deportes, volvería este fin de semana el fútbol, luego de dos meses de suspensión por los recordados enfrentamientos que terminaron con el incendio y posterior demolición del estadio de... perdón, me dicen por comunicación interna que acaba de terminar una reunión que se extendió toda la noche en la que se determinó que el fútbol no vuelve este fin de semana, sino el otro y que será obligatorio en todos los estadios hacer un minuto de silencio por las treinta mil víctimas. ¡Enhorabuena para los fanáticos!
- Elecciones. Finaliza hoy el plazo para presentarse a los comicios virtuales de este año. Recordemos que serán elecciones ficticias y que servirán para mantener en movimiento los derechos cívicos, como se viene haciendo desde hace un tiempo. Se presentaron hasta el momento quinientos veinte candidatos.
- Grata noticia para los jubilados. Este mes no habrá reducción de salarios. Lo dictaminó anoche el gobierno, que luego de incrementar los sueldos a los políticos, decidieron que no sería necesario, al menos por marzo.
El sonido al chupar le indicó que no había más agua. Vertió un nuevo chorro caliente y apuró otro mate. Buscó una nueva tostada, pero ya se las había comido todas. El noticiero se fue a publicidades. Con cuidado agarró el control remoto (la última vez que no prestó atención al buscarlo, apretó uno de los diez botones de compra y ofertó por la publicidad del momento, que era una heladera de última generación y luego para cancelar el pedido renegó dos meses) y apagó el televisor. De inmediato escuchó que llegaba un mensaje a su celular. No necesitó mirarlo para saber que era la compañía de cable consultando los motivos por los cuáles había dejado de mirar la programación.
Terminó de vestirse, buscó el bolso y salió a la calle. Una leve brisa movía las hojas de los árboles. O al menos, eso es lo que la ciudad quería que creyera. Sabía que las hojas se movían solas y que la brisa era apenas un efecto de las alcantarillas de clima. Miró el cielo y divisó la enorme e infinita burbuja. Siempre hacía la misma reflexión sobre aquella realidad. Eran palabras de su padre, quizá desgastadas, pero valederas. Ya de chico lo escuchaba decir "la soberbia, hijo, la soberbia hará que en el futuro vivamos en una burbuja".
Sonrió. El pronóstico tenía razón. Algunas nostalgias mostrarían su sombra durante la mañana. Pero en su caso, valían la pena.
- Viejo querido, mirá que fuiste visionario. Aunque si hoy vivieras, te caerías de culo.
Una señora que paseaba su modelo canino solar lo miró de reojo. Hablar solo y en voz alta no estaba bien visto. Algunas cosas, no cambiarían nunca.
Silbando, avanzó hacia su mundo.
El cuarto cerrado.
-
Me molestaba tanto secreto. Mi trabajo como gobernanta de esa enorme casa
desgastaba mis nervios, debía luchar con la cocinera, la planchadora y las ...
Hace 5 días.
2 comentarios:
Qué buena idea la de ese pronóstico. Buena idea la tuya, si lo hubiera no sería para nada extraño que vivamos en una burbuja. Aun así, nos acercamos bastante.
Abrazo
Tantas cosas que han caido. Y lo que persiste es una de las peores costumbres, el chisme, el juzgar a los otros, por detalles frivolos.
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