Estoy llorando desde anoche y no puedo parar. Ella me dijo que me detestaba y el teléfono cayó de mis manos, partiéndose estrepitosamente al chocar contra el piso de la habitación. Sentí como algunas partes de plástico golpeaban mis pies, al mismo tiempo que cientos de imágenes obnubilaban mi mente.
¿Cómo podía detestarme, después de todo lo que habíamos pasado juntos? ¿O acaso olvidaba aquella adolescencia en la que a pesar de nuestra juventud, trazamos las metas de cara al futuro? ¿Acaso había hecho a un lado todos los sacrificios para vernos, cuando cada uno estudiaba en una ciudad distinta? ¿Y que había de la casa que habíamos levantado con el esfuerzo del trabajo? ¿Del jardín que juntos dimos vida? ¿Del niño que teníamos en mente?
Me detestaba, esas habían sus últimas palabras. Luego el teléfono cayó al piso y mi mente se perdió en una nebulosa de interrogantes y un mar de ácido resentimiento. Con la primera lágrima surcando mi mejilla, me abalancé sobre ella, que estaba sentada sobre la cama y la sofoqué con las manos atenazadas a su cuello, hasta que el rostro le quedó azul.
Sigo llorando, a pesar de lo que hice o quizá, más profusamente a partir de la noción del acto violento. Ahora, detrás de estos barrotes, a la espera de la decisión que impere y por ende, mi destino definitivo, me culpo de no haber optado por recoger los restos del celular y rescatar el chip, para averiguar quién era el otro, aquel que la llamaba, ese que le escribía y con quién, me había confesado antes del "te detesto", se iría de mi vida.
La Gardenia.
-
Nunca había tenido en mis manos una flor de Gardenia, ni imagine que esa
simple flor me llevaría por caminos filosóficos en los que nunca había
tr...
Hace 22 horas.
10 comentarios:
Al empezar a leerte empaticé contigo e iba a decir que esas cosas se dicen, porque somos mujer y sabemos lo mucho que puede doleros oírlas, pero...al final, confío más en la veracidad de sus palabras y coincido con ella: eres detestable.
Un relato magnífico, has sabido muy bien controlar los tiempos y, como remate, desvelaste la trama final dándole un giro inesperado.
Un gran ejemplo de lo difusos que pueden ser los sentimientos. Amor, obsesión, odio, locura y quizá más cosas, que se mueven en un pequeño espacio, separados por barreras insignificantes. Eso hace que el hombre pase de lo uno a lo otro facilmente, desgraciadamente.
http://idasueltas.blogspot.com/
Suele suceder que la emoción violencia convierta al pacifico en un asesino. Me quedó una duda o no supe comprender. Si estaba sentada en la cama, por qué hablaban por teléfono? Dice que se abalanzó sobre ella... qué pasa que hoy no te entiendo...
Un beso.
mariarosa
El cuento está genial, lo que no me creo es que el tipo "detestado" termine preso. Seguramente un buen abogado habria sabido demostrar que ella se ahogó sola, al metérsele por casualidad en la boca abierta un pedazo de plástico del teléfono roto,psss.
Y otro buen policía habría sabido encontrar pruebas que acreditaran eso,che.
Al final,el que la llamaba y se iba a ir con ella...¿se borró?
Vaya, no me esperaba el giro pasional. Como todo buen amante despechado se atormentará de dudas para siempre. Saludos.
Es muy bueno y muy real el texto.
El tiempo jamás lava ciertas culpas.
Un abrazo inmenso
SIL
Bueno, veo que volvieron la muerte y las mentes reales y retorcidas. El relato es escalofriante por la realidad. Cada año mueren muchas mujeres de este o similares modos...uf!
Besos Neto!
neto:
muy buena forma de relatar, y sin caer en lugares comunes, tan dificiles de evitar.(son años)
una diapositiva del error humano.
un abrazo
panchuss
¡Es un relato muy duro!..Pero, yo pregunto,si vale la pena seguir peleando por alguien que ya no nos quiere...
Muchas gracias a todos!!!
Doña Mariarosa, no hablaba con ella, en realidad estaba con el celular en la mano, dándose cuenta de lo que sucedía. Justamente era la sensación que quería dejar, la de hacer creer que estaba al teléfono con ella, cuando no era así.
Saludos!!!!!!!!
Publicar un comentario