Cierto día un amigo me confió aterrado que su vida era una pendiente vertiginosa, en la que hechos insólitos y desafortunados se iban sucediendo en forma de cascada, transformando su existencia y la de sus seres queridos en una tragedia continua.
Buscando la manera de reconfortarlo le dije en broma que consultara con una bruja, que en las afueras seguramente encontraría a varias. Sabía de todos modos que la realidad de este muchacho era tal cual me la había pintado, pues sus desgracias eran comentario diario en el trabajo.
Conocido de toda la vida, nos distanciamos bastante luego que la barra que se juntaba a jugar los jueves se disolvió tras una discusión en un asado, motivada en el momento de juntar el dinero para pagar los gastos. Igualmente, solía cruzármelo a la salida del colegio, cuando coincidíamos para buscar a los chicos. Eran suficientes esos minutos para que el contacto permaneciera y saludo más, saludo menos, intercambiáramos alguna que otra novedad de nuestras vidas.
Al poco tiempo me enteré que había tomado el consejo al pie de la letra. Avergonzado en parte por haberle hecho la sugerencia, evité encontrarlo cuando iba en busca de los niños. Pero el destino caprichoso quiso que lo encontrara en el supermercado, cerca de la góndola de los aceites y vinagres.
Me saludó afectuosamente y con breves palabras me informó que estaba visitando a una "vidente". Y que no solo podía ver cosas, sino que además tenía el poder de subsanar lo que estaba fuera de lugar.
Me lo contaba con los ojos desorbitados, como cuando un niño narra una experiencia reveladora para su temprana edad. Mi amigo me detallaba todo lo que la anciana, en un rito de velas y escrituras sobre papel, había podido ver.
Según le había dicho, alguien había echado una maldición sobre su persona y sus allegados. Varios de los interrogantes que la mujer planteaba, haciendo memoria y esforzándose mi amigo había podido corroborar, como por ejemplo, haber encontrado un sapo muerto en la puerta de su casa, que a palabra de la vidente era "clara señal de un trabajo".
Otros detalles, como el olor a incienso en horas de la madrugada, algunos rayones hechos con carbón en las paredes exteriores de su casa, la extraña aparición de grillos y langostas en su jardín, la presencia de zapatillas colgando en los cables que llevaban la energía eléctrica a su hogar, eran pruebas determinantes para esta mujer. A mi amigo lo habían maldecido.
Pasó una semana y volví a encontrarlo. A decir verdad, ya no intentaba esquivarlo en la escuela, pero se había dado que entre la charla que tuvimos en el supermercado y esa tarde siete días después, no me lo había vuelto a encontrar. Esta vez fue en la carnicería.
Mi amigo cargaba una bolsa de carbón, lo que provocó la pregunta habitual en estos casos: ¿Asadito?. Negó con la cabeza casi de inmediato, pero se acercó para decirme al oído que en realidad el carbón era parte de la curación de la maldición. Me hizo un gesto con la cabeza y lo seguí a la calle. Allí me detalló que debía colocar sobre el fuego un poco de carbón de leña hasta dejarlo hecho una brasa, y luego rociarlo con sal y unos polvos que la anciana le vendía. Al estar bien caliente, debía recorrer la casa haciendo que el humo penetrara en cada rincón.
Escuché atentamente, como si se tratase de indicaciones para una receta mágica de cocina. Me mostró que en el coche llevaba varias botellas de vinagre, dado que utilizaba una por noche para lavar los pisos, porque la anciana le había dicho que de esa forma se enviaba lo malo hacia la calle.
Asentí reflejando en mi rostro toda la curiosidad y preocupación que un amigo puede demostrar y dejé que partiera en su coche, no sin antes prometerle que lo iría a visitar en unos días y que entonces me mostraría in situ algunos de los rituales que debía seguir para subsanar los males que perjudicaban su vida.
Sentí pena por el pobre, llegando a límites insospechados, creyendo en cosas que quizá unas semanas atrás ni siquiera sabía que existían. Caminé hacia casa preocupado, midiendo cada paso, apisonando la tierra, sintiéndolo real. Pensé en todo aquello que nos rodea sin que lo sepamos, en esas creencias que coexisten y que ignoramos, en cómo se puede vivir creyendo que todo es tangible y seguro cuando debajo de cada baldosa es posible encontrar un mundo insospechado.
Me lo imaginé a mi amigo llevando la cacerolita o lo que tuviese a mano para calentar carbón, llorando casi por el humo lastimando sus ojos, pero haciendo el sacrificio para poder vivir otra vez con dignidad, sin altibajos. Lo vi suplicar a todos los santos y recurrir a una vieja bruja para poder enderezar su vida, la que por derecho natural tendría que seguir un curso normal, sin magias de ningún color.
Llegué a casa maltrecho por esas imágenes. Al fin y al cabo en aquel asado todos nos comportamos mal, no fue solo él, que me quedó debiendo doscientos pesos. Así que resignado levanté el teléfono de casa y llamé al "Negro" Ranquel, brujo de la zona sur, y le dije que parara con el trabajito, que ya había sido suficiente.
La Gardenia.
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Nunca había tenido en mis manos una flor de Gardenia, ni imagine que esa
simple flor me llevaría por caminos filosóficos en los que nunca había
tr...
Hace 13 horas.
14 comentarios:
ups!, que broma mas pesada, pero a lo mejor es lo que a veces las personas se llegan a sugestionar tanto con algo que llegan a creer que es cosa de otro mundo cualquier detalle inexplicable que suceda en su vida. Muuuy bueno Neto, amo tus cuentos.
un abrazote
AAAAHHHHH!!! Me has sorprendido con el final.¡Y yo que debiera habérmelo imaginado!
Es una historia oscura como todo lo que tiene que ver con esos temas. Cuanto daño, sugestión e infierno puede tornarse la vida de alguien cuando cree o acude a esa serie de ritos. Y no digamos a los "amigos"...ja,ja. Por aquí decimos que "con amigos así, no hacen falta enemigos!.
Grande Neto.
Abrazos!!!
E 'vero! Penso che questo sia una buona idea. Pienamente d'accordo con lei.
Condivido pienamente il suo punto di vista. Penso che questo sia una buona idea. Pienamente d'accordo con lei.
Voleva bambino,¡ma che bello che scrivi !
(chistecito de sábado...)
:)
El final es para aplaudir de pie!!
Genial, Netito.
No hay mal que dure cien años
cuando el malo se conmueve
y dos o tres piezas mueve
para dejar de hacer daños!!
TKmucho
yop
Sonia, gusto de verte por aquí y gracias por tus palabras! Si, más que broma no hay quién nunca falte que creyendo en esas cosas, solicite dichos "trabajitos". Saludos!!
Doña Tinta, usted lo ha dicho, con esos amigos! Pero sepa que conozco a muchos que creen en esos ritos y hasta a veces me da a pensar cuánto de cierto hay, porque en definitiva hay tanto que no conocemos que tampoco podemos aferrarnos a la indiferencia. Saludos!
Amigo italiano, muchas gracias. Cuando pase Dieguito por acá le pido que me traduzca, porque lo único que se de italiano es "calcio". Saludos!
Doña Sil, no me haga chistes en otro idioma que quedo pagando (y de vago no voy al traductor de San Google jaja). Gracias por el comentario! Saludos!
y si que lo fue... mamita! esos ritos tan extraños se los dejo a los demás, bastante tengo con el mundo jeje
salute!
Guuuaaauu Netoo!!!
Buenisimo cuento!!
Es como para un corto!! Me encanto!!
Gracias por pasarte por mi campito de tomates, yo anduve un poco colgada con el mundo blogguero, pero de a poco voy volviendo!! jeje!!
Saludos mil!!! Excelente relato!!
Excelente,che!Sorprendente final...
Ahora...se ve que sabés mucho del tema ¿ A qué ex amigo le mandaste un trabajo del Ranquel?
jejejeje
Jajaja.....que mal amigo.Yo sabía que es bueno tirar sal sobre las brazas antes de poner el asado a la parrilla, pero eso es para que no caiga pesado, no sabía que era para brujerías.
¡¡Buenísimo Neto!!
Como siempre te dejo mi aplauso y admiración.
mariarosa
Sos un culiado Neto! Pobre tipo, no le podes hacer eso a tus personajes, jajajajaaa! Un abrazo primo! Cada vez mejor...
Don Diego y quién dice que el mundo no lo esté engualichando en silencio? Jaja. Un abrazo!
Doña Tomata! Ha vuelto! Bueno, muchas gracias, como siempre!!! Espero que siga dando señales en el mundo blogueril! Saludos!
Don Felipe, chas gracias! Uno sabe por esos designios de la vida. Mandar a nadie, me pregunto en realidad quién se lo manda al amigo Sergio, que parece ser víctima de uno!
Doña Mariarosa, ahora que me lo recuerda, hoy hice asado y olvidé lo de la sal! Ja. Hubiese leído antes su comentario! Gracias! Saludos!
Mr. Brownie, sepa que a mis personajes los trato como quiera. Jajaja. Un abrazo Nico!!! Un culiao bien cordobés ud!
Buenas, buenas, soy nuevita aqui, vengo por recomendacion de Mr Brown que por su puesto no me defrauda con las sugerencias, me encantó la historia, un final original!! pulgares arriba y estaré seguidito por aqui, saludos de la Jime (otra lunatica del 33)
Mentira Neto, yo no la conozco.. Jajajajaa!
Doña Jime, le agradezco la visita y sus gratificantes palabras. Ahora bien, para su propio bien, por favor desligue todo conocimiento de la Galletita Brownie esta, que es un peligro.
Mr. Brownie, mentira, nadie hablaba mal de usted! Jaja. Gracias Nico por recomendar el blog! Un abrazo!
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