La incertidumbre de no saber es tan espantosa como la certeza de saberlo todo. No hay sabiduría en el que peca de soberbio, no hay valentía en el que expone a otros al peligro. No hay verdades en aquel que se miente a si mismo.
En esta cruda realidad de lo que somos, en la que tejemos a diario la tela que sostiene nuestras vidas, a sabiendas que cada puntada es un sacrificio, estamos conscientes además que cada instante es un presente en fuga. En fuga hacia el pasado, el olvido. Y de ese instante que nos valemos para ser, dependemos para seguir. Y el futuro será a partir de lo que hagamos en el ahora.
La sutileza en el manejo de la pinza, era el ahora de Horacio, que meditaba en silencio mientras las gotas de sudor bañaban su rostro y sus manos pseudo temblorosas dirigían la esperanza propia y ajena hacia el complejo circuito. La explosión dependía de él y su mente reflexionaba para no pensar en lo que realmente debía pensar: en su mujer y en sus hijas. Sin embargo era consciente que si lo hacía, debía ponerse de pié, guardar las herramientas en el maletín y renunciar al escuadrón antibombas.
El precio de la vida se determinaba en la suma de responsabilidades. Y el suyo, era muy alto. De todas formas, todo era relativo y el cable más fino y más insignificante era capaz de volver la cifra a cero.
Afirmó la mano, acomodó el filo de la pinza en derredor del cable verde y cortó...
Un instante eterno
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*Clave de lectura:* Expectativas y posibilidades de actuación después de
los 50 años.
*Valoración:* ✮✮✮✮✩
*Comentario personal:* De espíritu y contenido mu...
Hace 11 horas.