Son esos días opacos que ausentan alegrías. Días en que aquellas cicatrices sin cerrar, a veces en heridas que no recordamos, supuran de dolor. Perdemos la brújula y el sinsentido se apodera de la razón. O acaso solo recupera el timón. De una u otra forma, el mar nos lleva.
Vamos a la deriva, en sutil naufragio. Nos sumergimos de a poco en aguas de alcohol. Los canales internos se riegan de olvido y en la sangre no queda más que resignación.
Entonces, en la primera oportunidad que uno se hace (la batalla es dura, ardúa y nefasta), busca su refugio. Casi siempre son las letras. Nuestras mejores amigas. Y una vez en él, se lee claramente, ya sin lentes borrosas, un recordatorio fiel, necesario: "Son esos días opacos que ausentan alegrías. Días en que aquellas cicatrices sin cerrar..."
Nuestro mundo (XXV)
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[image: Flores sobre cielo de cenizas]
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El sol sangra, el aire ahoga, el cielo se colorea de algo desconocido. Ha
de ser la m...
Hace 1 hora.
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