Sentado en su silla de siempre, en el bar del viejo Almada, el más chico de los Lanzini sopesaba su vaso de vino tinto, con la ensoñación de los enamorados. Es que Cristian, era un joven de corazón despierto.
Las mujeres eran el centro de su vida. Las amaba, la belleza que las envolvía cautivaba su sentidos, no podía imaginarse la vida sin ellas. Pero por esa misma razón, casi como una maldición, no podía dejar de enamorarse.
Eso le impedía entre otras cosas, mantener un noviazgo. Si bien daba todo por la mujer que tenía al lado, no podía evitar mirar con buenos ojos a las demás y no solo eso, en muchos casos, intentar salir con ellas.
No se trataba de una simple calentura, no, realmente sentía amor por cada mujer que se le cruzaba en el camino. Sin embargo, el verdadero mal del chico Lanzini era la sumisión casi inconsciente a la que se veía expuesto.
Con tal de no quedar mal o discutir con la mujer de turno, incluso, no llevarle la contra o bien complacerla, Cristian accedía a gustos que no tenía, simpatizaba con ideas que desconocía e incluso, se manifestaba contra ideales que jamás escuchó hablar.
Es así que odió al gobierno, luego lo defendió a muerte; vistió la camiseta de Independiente para luego cambiarla por la de Boca, la de River, Newells, Colón, entre tantas otras; probó las rabas, se intoxicó con mariscos sabiendo que era alérgico, hizo a un lado las carnes porque se volvió vegano, luego las reincorporó pero dejó a un lado las harinas, cocinó, se inclinó por los deliverys de comida, bebió mucho alcohol, fue abstemio, fumó, odió el cigarrillo, fumó marihuana, se tatuó una rosa, aprendió a manejar, sacó un crédito, vendió el auto, compró una moto, se unió a Greenpeace, se hizo del Partido Comunista, no fue a votar el día de elecciones, acudió a recitales de cantantes románticos, hizo pogo en festivales punk, bailó hasta el amanecer en fiestas dance, se opuso al aborto, rechazó a los xenófobos, marchó a favor de los docentes, repudió al campo, compró hectáreas, firmó petitorios a favor del aborto, sacó a pasear perros, cambió pañales de sobrinos ajenos, estuvo de acuerdo en casarse, compró alianzas, coincidió en que el matrimonio era una pérdida de tiempo, apoyó a las feministas, entre algunos de los ejemplos sobre los terrenos en los que cedía, muchos de ellos, muy pantanosos.
Hacía tanto tiempo que sostenía esta debilidad frente a las mujeres, que ya no recordaba sus propios pensamientos o posiciones sobre cualquier tema, ni siquiera podía estar seguro por cuál equipo simpatizaba realmente o acaso, si le gustaba el fútbol.
Pero no podía impedirlo. Su corazón era demandante. No se podía permitir una amargura. Ellas iban y venían, pero todas vivían allí dentro, en ese palpitar rítmico, perdidamente enamoradizo.
El vaso carecía ya de vino. Suspiró. Qué hermosa que eran, claro que si. Levantó la mirada y por la ventana sus ojos se encontraron con una morocha preciosa. No había que perder tiempo. El pibe Lanzini dejó un billete bajo el vaso y salió a la calle, con la vista perdida y el corazón en la mano.
La Gardenia.
-
Nunca había tenido en mis manos una flor de Gardenia, ni imagine que esa
simple flor me llevaría por caminos filosóficos en los que nunca había
tr...
Hace 1 día.
9 comentarios:
Me encanto!
Gracias por tipearlo :-)
Conozco a tipos con comportamientos similares, pero motivados por calenturas, nada de amor. Te dejo porque pasó una morocha infernal!
Una especie de Donjuan con carácter débil, complicado ser siempre agua para envase de otro, coooooooooomplicado Netito.
El párrafo de los vaivenes de opinión del protagonista es IMPERDIBLE: genial.
ABRAZO INMENSO
SIL
Juro que juno a Lanzini, anda a veces por mi espejo...
Abrazos
Y bueno, son prioridades. Eso sí, yo jamás elegiría un hombre así.
Saludos.
Pobre hombre...¡que vida tan estresante!
Total para terminar no siendo uno mismo. Un poco de pena también me dió. Y es que sabes crear personajes tan reales!!!
Besos, Neto!
Don Natán, muchas gracias!! Siempre es un gustazo verte comentando. Un abrazo.
Don Alvarez, don... bue, se fue. ¿Alguien le puede avisar que era un travesti? ¿Cómo me dice don Oso... ah, Alvarez ya sabía eso...? (jaja broma Sergio, muchas gracias!)
Doña Sil, chas gracias. La idea primero era solo esa, una persona que ya no supiera sus propios gustos, pero al final fue más fuerte hacerlo más allá de eso, un loco enamoradizo. Saludos!
Don Oso, tenga cuidado entonces de no ponerse una peluca jaja. Un abrazo! (apa, ya veo a quién siguió Alvarez!!!) Un abrazo!
Doña Mariela, digamos que el pobre de Lanzini tampoco las elegía, en realidad las quería a todas ja. Gracias! Saludos!
Doña Tinta, viéndolo bien, lo del muchacho es una patología muy triste, un devoto del amor, que jamás le será del todo correspondido. Saludos!!!
jojo por un par de gambas algunos venderían lo q no tienen jejeje!
Dieguito, vio como es la gente, no. Ja. Un abrazo!
Publicar un comentario