Es mi segundo censo. Hace diez años apenas si tenía experiencia. Recuerdo salir de las viviendas temiendo haber olvidado algún que otro detalle. Supe estar nervioso, aunque solo en las primeras visitas. Con el correr de las horas y la práctica, aquella inolvidable jornada terminó de la mejor manera.
Para muchos se trata de un evento estadístico, para otros, una jornada diferente que se puede tomar como de descanso. En lo personal va mucho más allá. Quizá no me crean, pero desde hace una década que espero esta fecha.
Aprendí bastante de aquella experiencia inicial, podría decirse que a lo largo de todo este tiempo he repasado cada una de las visitas. En mi mente he planificado este segundo censo una y mil veces. La forma de presentarme ante la gente, cómo hablarles hasta ganarme su confianza, las maneras más rápidas y precisas para llevar a cabo las tareas. Este lapso ha sido interminable.
Sin embargo aquí estamos, de cara al sol naciente elevándose por el este. La brisa es tenue, casi imperceptible, pero la veo en las hojas de los árboles, en las flores de las ventanas. Un día hermoso, signado por el censo. Poco tránsito, casi nadie en las calles. Un día perfecto.
Sin la planificación este segundo censo sería como el primero: el censo de un inexperto. Pero se dónde comenzar y cómo hacerlo. He estado en esta esquina cientos de veces desde que la elegí. Conozco cada vivienda, cada puerta, la ubicación de las ventanas, el movimiento de los vecinos, incluso, los nombres de muchos.
La veo venir, carpeta en mano. Camina en forma cansina, quizá temerosa por la primera visita. Veo juventud en su rostro. Es primeriza, no me quedan dudas. La aguardo en la esquina norte de la manzana, la que por instrucción le corresponde para comenzar. Se acerca y le sonrío. No tiene tiempo para más. La atraigo contra mi cuerpo, el quiebro el cuello y la arrastro hasta el interior del container de basura de la esquina. Tal lo planificado miles de veces en mi mente.
Tomo su carpeta, su identificación (a la que le coloco mi fotografía), busco el bolso con mis armas y me dirijo a la primera casa a la derecha. Golpearé y me atenderán. Me harán pasar sin sospechar que soy la muerte personificada. Les hablaré, entraré en confianza, sabré cuántos son y si esperan a alguien a lo largo del día y luego, sigilosamente, haré del asesinato un arte y vestiré de sangre el lugar.
Y luego, iré a la casa contigua, y a la otra, y a la otra, hasta completar la manzana. Cómo lo tengo planificado. Cómo sucedió hace una década. Cómo seguirá sucediendo.
Sólo, ábreme la puerta.
La Gardenia.
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Nunca había tenido en mis manos una flor de Gardenia, ni imagine que esa
simple flor me llevaría por caminos filosóficos en los que nunca había
tr...
Hace 19 horas.
15 comentarios:
Aaahh!!! ¡Qué bueno y escalofriante que está! Ahora ni en pedo le abro al censista. Me dio miedito.
Un beso!
Y yo que pensaba que le tenía miedo al INDEC...!!! Ilusa de mi, me convenciste, hay cosas peores...
jajaja
Viviana, no ponga de excusas el cuento y ábrale al censista, que luego se ensañarán con mayor detenimiento en ud, por no abrirles! Qué tenga un buen día contestando el cuestionario! Saludos!!
Doña Annie, a qué no podía dormir por culpa de la tos y se puso a leer el blog? Si adivino, qué me gano?? Si, hay cosas peores que el Indec... los que dirigen al Indec y aquellos a los que el Indec responde ja. Saludos!!!
Le dio la excusa justa a la Vivi para quedarse a dormir todo el día...
Lo que tiene de bueno eso es que si l parca llega antes del censista le alivia el laburo.
Estemmm dicho sea de paso, me voy a laburar en el censo. Ya sabe, si hay difuntos en masa en Empalme, ud fue el de la idea.
Abrazo
Con la desconfianza que le tengo a los censistas, vos amaneces con esta historia...
Neto a todo le encontras el cuento, felicitaciones, eres increible.
Un beso.
mariarosa
Sos tremendo :O
Say no more
Great, Netito
SIL
Lo que si podemos dar por cierto es que cuando el censista pase por tu casa...seguro que le preparas un buen recibimiento ¿no?,
Yo por si acaso...un cuchillito tipo carnicero, o unas bonitas cadenas...dejaría sobre la mesa...así como "quien no quiere la cosa"...
Ya se sabe, la muerte usa cualquier disfraz...lo peor es que es inevitable. Buen cuento, me gustó.
Besos!!!
Neto sos un HDP!!!! (con respeto a tu madre) jajaja!!
Yo leía muy contenta el relato pensando, "que lindo que debe ser hacer el censo entonces"!!! Y vos me salís con estas!!!
Te juro que lo termine de leer y en vos alta se me salio un: "que guacho que es!!" Y después me reí...
Geniooooooo!!!!!!! Exelenteee relato cazabobos!!!!!
Saludos por montón!
Je, je, je, cuidado no se encuentre con la horma de su zapato. Si no recuerdo mal, Hannibal Lecter se almorzaba a alguien del censo regado con un buen chianti...
Buenísimo, ahora se me ocurrió una idea para dentro de diez años, muejejejeeee! Grande Neto!
Con su actitud, netomancia,en vez de ser más personas cada diez años, terminaremos siendo menos...lo que se dice un control de la población muy "sui generis" el suyo...
Ohh, menos mal que lo leí después del censo. Escalofriante.
Saludos.
jaja esto es complot contra los censitas! la pucha! q julepe! menos mal q ando lejos...
jeje
Netooo!! perdón no leí antes tu comentarioo y SIIII, te ganaste un diccionario de la RAE con el abecedario en relieveee... ;P
Ahhh y anulemos los comentarios del INDEC, quedaron desactualizados porque ya no están de moda. Ahora se usa más otro tipo de observaciones patrióticas. :P
Gracias a todos por sus comentarios!!! Saludos!
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