La ceguera no es excusa ni el frío una barrera. El niño corre y se inmola. Su vida explota en mil pedazos y las noticias hablan de fundamentalismo y terrorismo.
Mi cerebro se detiene, no quiere oír ni sentir, no quiere ver ni saber. El tiempo se eclipsa a si mismo y veo repetir la escena una y otra vez al punto de creer estar tocando la sangre con los dedos. El niño nunca se detiene en mi visión y la mancha roja jamás cesa su locura. Todo lo inunda, todo lo abarca, sin excusas, sin barreras. Ella gana. Todos perdemos.
Hasta pronto.
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Hola a todos.
Debido a un problema de salud, he dejado mi blog en descanso.
Si mi corazón se porta bien, en febrero del 26, retornaré.
Les deseo un...
Hace 16 horas.


2 comentarios:
Brutal. Me dejó sin palabras...
dura realidad que nos azota, auqnue a veces veamos para otro lado, siempre está en nosotros, en el día a día...
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