Sospecho de la perfección como lo hago con la inocencia. Sospecho de un día sin complicaciones, deudas, sinsabores y frustaciones. Se que el sol brilla, pero tan solo hasta que llega la noche o bien, las nubes lo cubren. Pero es nuestro punto de vista el que lo hace mortal. A lo lejos, él reina sin saber del tiempo y los obstáculos. Pero acá, bajo este cielo impune, tan inocente como culpable, claro y gris al mismo tiempo, impávido e ingrávido de tormentosos deseos, me inmiscuyo en meditaciones despiertas, de fracasos cercanos como la piel misma. Y sentencio que, sin importar lo que me digan, la perfección es un invento, una ilusión de algunos, para que nos sintamos menos. Y ya no la anhelo, no la quiero. Sospecho de ella. Sospecho que exista. Sospecho que tan solo sea algo tan difícil de alcanzar, que una vez logrado el objetivo, sabiéndola nuestra, se esfume, se haga humo y nos quede, ante nuestra atónita mirada, un sinfín de sentimientos encontrados, perdidos, huérfanos, inocentes. Y entonces, de rodillas al mundo, jugada la última carta, tan solo nos reste aguardar la caída del filo. El dolor.
2 comentarios:
Siempre quedará un rincón vacío, en el corazón, con sabor amargo, por eso yo también sospecho de la perfección y la guardo para aquellos que la necesitan.
Me encanta como escribís, Ernest, tus letras (esto y lo que nos mandaste) me atropellan como una tormenta.
Espero por más! :)
Un abrazo!!!!
la perfección es un juego macabro, otro invento de dominación y absurdo, el azar y la magia es lo que nos salvará, hermosas letras, seguí actualizando!
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