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11 de junio de 2012

El imaginador

Desbordaba el río su cauce ante la mirada impávida de los sobrevivientes. Almas mártires de aquella guerra en vano que había arrasado con todo. La última explosión, la de aquella mañana, había causado ese desastre natural que se había llevado las casas erigidas en la orilla.
Algunos sollozaban por su gente ausente, esas que no volverían. Otros iban más allá en el lamento y gemían por el futuro incierto que tenían entre manos, solo por el hecho de no perecer en la contienda. Ninguno cuestionaba para entonces si la guerra había sido necesaria o no, de nada valía, nada cambiaba.
El imaginador caminaba entre ellos, mudo de asombro. Se detenía de vez en cuando y observaba hacia un lado y el otro. El panorama era desolador. Los sobrevivientes ya no le temían, le habían perdido el miedo a todo.
El hombre se quitó su chaleco plateado y lo dejó sobre unos troncos. Se sentó en silencio, resignado.
Era obra suya. Lo que veía y lo que no. Lo que sus ojos le permitían divisar y aquello que el horizonte le ocultaba. Le dolía la cabeza y no era por usar sus poderes mentales con tanta violencia, sino por culpa.
Sabía que era su misión, que para vencer en una guerra había que destruir. Pero siempre había estado lejos cuando imaginaba, cuando creaba la destrucción a partir de su mente. Por primera vez estaba en el lugar mismo de los hechos, porque su nave había caído. Los demás perecieron. Él no, el había imaginado su salvación. Ahora se arrepentía de ello.
Se puso de pie y se alejó del río desbordado, de las personas sin destino, del paisaje sin color. Se distanció de lo que había creado y se imaginó en otra galaxia, muy lejos, donde nadie pudiera encontrarlo, donde pudiera lamentarse de tanto daño hecho, ese día, siempre.
Y ya nadie volvió a verlo.

2 comentarios:

mariarosa dijo...

sería terrible tener el poder de imaginar el mal y que este se cumpliera. Interesante historia.

Buena semana.

mariarosa

SIL dijo...

Quizás podría imaginar lo opuesto... para remediarlo.


=)


Abrazo grande.


SIL