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15 de abril de 2011

Última voluntad

El hombre conocía de poesías y de libros, vivía rodeado de literatura. A punto de partir, sintiéndose en los brazos de la muerte, pidió que su biblioteca fuera enterrada con el.
Su familia se opuso, no solo por lo valioso que eran los libros (y con seguridad, pensaban vender), sino porque además, debido a la cantidad, deberían comprar más parcelas de tierra.
Solicitó entonces ser cremado y que se hiciera lo mismo con los libros y se juntaran las cenizas. Los familiares lucharon contra esa voluntad, incluso después de haber fallecido el hombre.
La firma de abogados que lo representaba, sin embargo, logró que aquello, escrito en el testamento, pudiera llevarse a cabo. El cuerpo sin vida del hombre fue cremado y la biblioteca, con más de dos mil volúmenes, fue reducida a cenizas.
Precavido, había hecho comprar una vasija de grandes dimensiones, donde se guardaron todas las cenizas. La misma no fue llevada al cementerio, como la familia preveía. Los papeles que tenían los letrados indicaban otro destino.
La vasija descansa en el hall central de la biblioteca de la ciudad y aseguran quiénes la visitan, que es posible escuchar, acercando el oído a la fría textura de la porcelana, las historias más fabulosas y deleitarse con las poesías más bonitas.
El hombre, donde sea que esté, sonríe feliz.

9 comentarios:

mariarosa dijo...

¡Que bueno Neto!

Tenía sus motivos para tan extraña decisión,tu personaje sabía lo que hacía.
Como siempre te dejo mi aplauso.

Buen fin de semana.

mariarosa

SIL dijo...

Es maravilloso el texto.
Siembra esperanza de permanencia, de triunfo sobre la muerte y reivindica al libro como símbolo de todo éso :DDDDD

Abrazo superlativo, Netito.

SIL

Panchuss dijo...

Que lindo!. Las palabras no mueren. Como siempre, un gusto leerte.

un abrazo!

pancho

Carla Kowalski dijo...

Que lindo cuento Neto! Es maravilloso y mágico.

Mariela Torres dijo...

Me gustó este final. Me gusta que las letras no mueran nunca.

Saludos.

Martha Barnes dijo...

Voy a hacer lo mismo con mis dibujos...Cariños Martha.

Netomancia dijo...

Doña Maríarosa, el tipo sabía donde hacer reposar sus letras! Gracias! Saludos!

Doña Sil, todo eso y más! La verdad, un final fuera de lo común para este blog jaja. Gracias! Saludos!

Don Panchuss, así es, no mueren, mientras haya gente a las que les importen, no? Gracias! Abrazo.

Carla, muchas gracias, esas dos palabras lo definen más que bien! Saludos!

Doña Mariela, así tendría que ser, esa magia que las envuelve, debería permitirnos eso. Gracias! Saludos!

Estimada Martha, que lindo sería que todos pudiéramos dejar como legado grandes obras. Gracias! Saludos!

Calavera dijo...

Me has dado una muy buena idea de qué hacer con mi colección de Stephen King!! :D

Buen relato! ;D

el oso dijo...

Aunque sean pequeñas obras...
Excelente Neto, con un aroma de libros y esperanza.