Versión con fondo blanco, para ojos sensibles

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26 de febrero de 2011

El mundo no existe

- El mundo no existe - dijo Gladys para luego sumergirse en el silencio.
Rubén la miró de reojo, pero siguió hurgando debajo del capó del coche, con las manos pintadas de grasa, intentando identificar la falla del vehículo.
La tarde agobiante hacía que ambos sudaran bajo el sol inescrupuloso de febrero. Pero sin dudas que él lo sufría el doble, al menos las enormes gotas que resbalaban por sus brazos podían atestiguarlo. La desértica llanura adormecía el paisaje, posaran la vista en cualquier punto alrededor.

Mientras el trabajaba, ella prefirió el calor del asfalto. Estaba sentada con las piernas recogidas contra el cuerpo. Parecía tener la mirada perdida y no había hablado desde que se habían detenido a un lado de la ruta. Al menos, hasta que pronunció esas cuatro lacónicas palabras.
El silencio se instaló durante largos minutos. La brisa parecía llevarse cualquier atisbo de diálogo. Rubén se estaba impacientando al no poder encontrarle la vuelta al problema del automóvil y más le molestaba la actitud de ella, despreocupada y distraida.
- No existe - repitió al rato.
- Gladys, dejate de joder con pelotudeces y aunque sea prepará unos mates ¿te parece? -dijo violentamente; se amargó de inmediato, porque se dio cuenta que empleó un tono más elevado del adecuado, pero la situación lo superaba.
Sin embargo a ella el comentario le pasó desapercibido. Ni siquiera se movió de donde estaba. Rubén prefirió entonces enfocar toda su atención al desperfecto, porque si la noche los agarraba sin poder llegar aunque fuese a una estación de servicios...
- No existe porque en realidad está todo en mi mente - habló la chica.
Su novio volvió a mirarla, esta vez con cara de "qué estás diciendo".
Gladys se puso de pie y observó el lugar, girando sobre sus talones en un círculo perfecto.
- "Cada cosa - prosiguió -, cada objeto, color y forma, nace en mi mente. Todo es proyección de mi imaginación. Aquel cielo inmenso, las nubes que lo surcan. El horizonte que lo corta. Todo. Este camino caliente, la llanura infinita, incluso la brisa y el aire, existen porque así lo quiero. Este coche, vos incluso, Rubén, no existen. Yo los creo, les doy vida. Si en estos momentos, yo dejara de existir, ustedes también, desaparecerían en la nada".
"El mundo, aquel que vemos en las noticias, la gente que lo habita, sus lugares, sus paisajes, los problemas, el hambre, la violencia, la venganza, todo existe porque la mente lo dicta. Nada es real. Ahora lo entiendo. Es fácil darse cuenta. Solo puedo saber la existencia de lo que conozco, y es lo que conozco, entonces, lo que existe. ¿Existe la ciudad cuando no la pienso? ¿O solo aparece ante mi, cuando llego, por una necesidad lógica? Vos mismo Rubén ¿qué tan seguro estás de que existís cuando no estás conmigo? ¿No serán acaso, todas las existencias, independientes? ¿Y entonces, los mundos, millones y todos diferentes?".
"¿Acaso el Rubén verdadero, si acaso existiese, no podría estar imaginando un mundo con otra novia, otros lugares, otras voces? ¿Crear sus propios colores, sus penas y tristezas, sus triunfos y derrotas? El mundo no existe, no me caben dudas. Tiene forma en la medida que se la doy, como una arquitecta a cuentagotas. Y lo colmo de dicha o de odio,  según mi antojo. Pero es tan difícil sostener esa creación, que los resultados son nefastos. Y creemos entonces, conformes, que eso que proyectamos, ese resultado a tientas, es la vida. Por suerte, Rubén, tenemos un descanso y es al cerrar los ojos. En ese instante mágico, el mundo deja de existir. Y así será, hasta que un día no podamos abrirlos más".
Todavía su novio la estaba mirando con cara de preocupación cuando Gladys cerró los ojos y el mundo desapareció.

6 comentarios:

Con tinta violeta dijo...

Una buena reflexión la de la muchacha! Ojalá fuera como ella dice...y al cerrar los ojos todo desapareciera. Tal vez así se podría al abrirlos de nuevo imaginar otra realidad distinta...
Siento un poco de pena por el pobre muchacho, tan hacendoso y preocupado por un auto que a la postre desaparece con él y por una pareja que parece no tiene ganas de enfrentarse y luchar por la vida...
Me gusta el relato por lo que no dice y subyace debajo de la historia.
Besos Neto!!!!

SIL dijo...

Esa chica estuvo leyendo a Borges, durante todo el viaje.

¨Si están ajenas de sustancia las cosas y todo no es más que un sueño que erigen en compartida magia las almas,
hay un instante en que peligra desaforadamente su ser
y es el instante estremecido del alba...¨

Decile a Gladys que abra inmediatamente esos ojos por favor!

Genial Netito

ABRAZO GRANDE

SIL

Paul Grill dijo...

uhh me voló la peluca!

Nicotina dijo...

FINAL ALTERNATIVO

"Bueno Gladys, tenes razón, ahora agarrá esa llave inglesa de mentira y ayudame con este auto que es producto de tu imaginación, sino no llegamos más a la casa de tu vieja, que a pesar de no existir, es una pesada de mierda.."

Jajaja, muy bueno Neto!

Abrazo!

Carla Kowalski dijo...

Un cuento con reflexión incluida...
Me gusto como lo planteaste, me gusto mucho el monólogo de Gladys.
Muy interesante!

mariarosa dijo...

Muy bueno.
El monólogo es perfecto.
Me hice mi propio final, creí que la chica en un abri y cerrar de ojos haría desaparecer el problema del coche.Jiji....
Unsaludito.

mariarosa