Del trabajo a la casa, de la casa a la guardería, de la guardería a la casa, de la casa al supermercado, del supermercado a la casa. Y entre un viaje y otro, en la comodidad del living, frente a la computadora siempre encendida, se permitía esos minutos de distracción en el Facebook, colocando comentarios, etiquetando gente en las fotografías o avisando a viva voz que era lo estaba haciendo, por pura diversión, como todos sus conocidos.
Un relax, un parate entre tanto ir y venir. Como si un alpinista se tomara unos minutos en algún descanso de la montaña, sabiendo que luego habría más rocas de las cuales asirse para alcanzar la meta.
Nada grave, apenas un
"Estoooooy cansada de tanto trabajaaaaaaar"o siendo más explícita
"Mañana no puedo ir al gimnasio porque tengo que trabajar una hora más: es justa esta mierda Señor!!!"o simple divertimento
"Mañana: Viernes, viernes, viernes, fiesta, fiesta, fiesta"Mensajes inofensivos, un tecleo casi automático y un afán por decir lo que a nadie en otra situación le podría llamar la atención. Salvo allí, claro. A los pocos minutos veía los comentarios de sus frases y a su vez contribuía con las masas, comentando las reflexiones de sus conocidos.
¿Pero que mal había en todo eso? ¿Acaso no eran sus amigos, sus conocidos más cercanos? Si no se podía permitir esas distracciones, bien se podía pegar un tiro, pensaba mientras cerraba todo, tomaba la cartera, las llaves del auto y salía otra vez, ahora ya casi de noche para llevarle los papeles del divorcio a su prima la abogada.
La rutina del siguiente día era la misma. Solo cambiaría la ropa que se pusiera, lo que comería al mediodía, los comentarios por la tarde de la maestra jardinera de la guardería, las compras de último momento, la no posibilidad de ir al gimnasio como todos loa martes y claro, los comentarios en el Facebook. El resto, era la misma y nefasta repetición de cada jornada.
"Llevé a Matías a la guardería""Hoy mi jefe me dijo: Ivana, sigue así. ¿Le tendría que haber pedido un aumento""Te odio a Julián. Por suerte pronto serás mi ex""Cinco minutos para irme a caaaaaaaaaaasa"
"Dejé un bizcochuelo en el horno, en veinte minutos vuelvo"Y luego nada, al menos en el Facebook.
- Hola Mirna, cómo estás. Vengo por Mati. ¿Cómo se portó hoy?
- Ay Ivana... ¿Cómo qué venís por Mati? Si vinieron a buscarlo con una nota tuya hace quince minutos.
- ¿Julián? Vino ese hijo de...
- No, no era Julián querida, sino un señor, dijo ser de tu trabajo, que vos tenías una reunión y no podías venir a buscarlo. Ay mi amor, por Dios, decime que lo mandaste vos, me muero.
- ¡Dios mío! ¡Dios mío! Hay que llamar a la policía, urgente, por Dios...
- Julián, por favor, te repito, si me estás haciendo esto para hacerme quedar mal en el pedido de custodia, decímelo. ¡Me estás matando Julián! ¡Por favor!
- ¿Dónde estás Ivana? Por favor, es mi hijo también. Entendé que no hice nada. Decime que pasó, cómo fue... Ivana, Iva... ¡No cortes estúpida! Pero qué...
- Si oficial, todos los días. Alrededor de las 17.30. Salgo a las 17 del trabajo y dejo algunas cosas en casa y luego vengo a buscarlo.
- ¿Viene siempre por las mismas calles? ¿Ha notado que alguien la siguiera?
- Mmm... no se, no, que se yo. Si, creo que vengo por las mismas calles. ¿Eso es importante? Pero si alguien me estuvo siguiendo, no se. ¿Cómo me puedo dar cuenta?
- Es importante que lo recuerde. ¿Se ha peleando con alguien últimamente?
- Si me he peleado, ja. Ya le dije, estoy en pleno divorcio. ¿Eso no cuenta?
- Era un hombre común, no se cómo explicarle. Metro ochenta, con algo de barba... no, no era barba, quizá una pelusa o que no se había afeitado... ay no recuerdo. Estoy nerviosa sargento, discúlpeme no soy de gran ayuda... ¿cierto?
- Cálmese señora, sepa que es la única persona que puede describir a este hombre, así que siéntese aquí y vamos a esperar a que...
- ¿Qué hago Julián? ¿Me querés decir? ¿Qué hago?
- Ivana, no me cortes. Decime donde estás, en qué comisaría y dejame estar con vos. Decime, alguien sabía tus horarios, tus...
- ¡Ves! Ya queriéndome echar la culpa no, que soy la que le dice a todo el mundo qué y cuando hago algo, no. Cómo cuánto estábamos juntos. Igual. Qué que hago, dónde estuve, con quién, sabés qué, me tenés...
- Ivana...
- Ivana un cuerno, dejame de joder.
- Pero... la puta que la parió, me cortó de nuevo.
Llamada entrante. Número desconocido.
- ¿Si?
- Tengo a su hijo.
- ¡Matías! Matí... hijo de puta, tocás a mi bebé y te mato, te clavo las uñas en los ojos y te hago desangrar estúpido de mierda.
- Cállese y escúcheme. Sabemos donde vive, donde trabaja y como sabrá, donde está la guardería. Conocemos sus amistades, sus horarios, su vida completa. No se pase de lista. Haga lo que le pidamos y nada más. Queremos dinero. Nosotros le vamos a decir cuánto y cómo. Mientras tanto...
Ivana "Dejé un bizcochuelo en el horno, en veinte minutos vuelvo"
Juan Carlos "Nena, yo que vos lo saco, debe estar negrito ya jajajaj"
Analía "Una hora Iva, sacaaaalo, sacaaaalo. Te debe haber quedado riquísimo, verdad.
Paco Cortéz "Looooca tanto tiempo, avísame si te sobra y paso. Llevo cuchara propia"
Ana "Ivana, acordate esta noche de llevarme la campera negra plis, gracias"
Ana "Y si sobra bizcochuelo, llevame un poquito miserable"
Celeste "Iva, hoy llego 22.30 para cuidar a Mati, si, puede ser, me perdonás, me seguís queriendo, muack????"- Mire señora, cuando vuelvan a llamar, pídale que hable con nosotros. Usted nos da el teléfono y buscamos la forma de terminar con esto antes de tiempo.
- Quieren treinta mil pesos, ya hablé con mi jefe, me prestan la plata, después veré como la devuelvo. No me importa cómo, quiero a mi hijo, entiendo eso, quiero a mi hijo.
- Señora, escúcheme, somos policías y todos los días vemos estas situaciones. Muchas veces desisten del secuestro.
- Quiero pagar, quiero que me den a mi hijo y quiero irme a casa. Nada más. Míreme los ojos. Nada más.
- En este estado, no puede ir usted con el dinero. Está nerviosa, en un estado psíquico inestable...
- ¡Qué me está diciendo! ¿Me dice loca? Me está diciendo eso, se cree que soy tonta. Déjeme hacer las cosas como ellos lo pidieron.
- Señora... señora...
Calle oscura. La brisa de la noche es como un secreto no contado. Permanece allí, flotando, alrededor, esperando por las estrellas que no saldrán y la luna esquiva, ausente tras los nubarrones. Pero desde allí no se distinguen, tan solo hay negrura. En el fondo de la calle también. La ventanilla está hasta arriba. Afuera hace frío.
Escucha un motor. Las luces de un coche se encienden al fondo de la calle. Ella sale del coche, con una mochila en la mano.
- Teniente, nos llegó el informe de Investigaciones. Por los conocidos que han contactado, no parece que tuviera enemigos, es una mujer que vive sola desde hace tres meses, tiene un trabajo estable, lleva a su hijo a la misma guardería desde hace año y medio...
- ¿Cómo estiman que llegaron a ella? ¿La perseguían?
- A ver... acá no... espere, si, acá. Internet. Chequearon su conexión y constataron que tiene usuario de Messenger, aunque no lo usa mucho, una conexión cada dos o tres días y de pocos minutos. Pero si hay conexiones frecuentes a Facebook. Son casi rutinarias, eso les llamó la atención. Horarios similares cada día, duraciones parecidas... a ver, acá. Bien, accedieron a la cuenta y chequearon los contactos. Aparentemente la frecuencia de visualización de su perfil es variable entre sus conocidos, pero según el reporte de seguridad de Facebook facilitado, hay un contacto que prácticamente vive dentro de su perfil.
- Bien, ya sabemos su nombre. ¿Pudieron ubicarlo?
- Si, hay un problema. Según han constatado. Esta persona está fuera del país.
- Descartado entonces...
- No. Ese no es el problema. El tema es que alguien accedía con la cuenta de esta persona, desde algún punto de la ciudad.
- Cuando todo el mundo se siente seguro rodeado de sus amistades, ignora que no siempre son sus amistades las que la rodean. ¿No?
- Llevará un tiempo rastrear la IP del infiltrado.
- ¡Maldición!
La luz encandiló sus ojos. Igual, siguió avanzando. El sonido de sus pasos llegaba claramente a sus oídos. Parecían irreales, como provenientes de una pesadilla. Entendió que estaba viviendo una. Alcanzó a distinguir una silueta parada a un lado del otro coche.
- ¡Tengo el dinero!
- Déjelo dónde está y retroceda.
- ¿Dónde está Matías? ¡Voy a dejar el dinero, pero por favor, dónde está Matías!
- Déjelo y retroceda. Le diremos dónde encontrarlo.
- ¡Nooo, por favor, no me pueden hacer esto! Les dejo el dinero, pero entréguenme a mi hijo. ¡Por favor, se los suplico!
- Deje el dinero y...
- Por favor, por favor, por favor...
- Le digo que deje... no avance mujer, no avance...
- ¡Matías!¡Matías!
- No avance, quédese...
Un disparo y la noche se quebró en dos. La puerta del coche se cerró con fuerza y el motor se puso en marcha. Las ruedas chirriaron al retroceder. De inmediato se escucharon sirenas policiales. No estaban lejos.
Desde las penumbras de la calle corrieron hacia la mujer tres efectivos policiales, con atuendos especiales que incluían chalecos antibalas y armas de alto calibre.
Dos rodearon el cuerpo que aún temblaba, acostado sobre su propio charco de sangre, con pequeños espasmos que presagiaban la muerte. Los ojos abiertos de la mujer rogaban piedad.
El tercero no encontró rastros del coche que había huido. La luna logró escaparse de la muralla de nubarrones para asomarse completa por unos breves instantes. Solo el destino sabe si para decorar la noche o sonreír burlona.
Mariam "Mi vida te estuve llamando toda la tarde. Nos juntamos en Pum's o en Barbarian?"
Angel "Linda, te veo esta noche, me debés un baile bonita"
Rafael "Ivana, me enteré, cualquier cosa avisame. Y el bizcochuelo es para celebrar cuando todo termine"
Marita "Ey nena nena, pasé por tu casa y no estabas. Avisá nena, para que tenés el Feisbuc tonta jajajaj. Nos vemos esta noche!!!"
Ezequiel "Te equivocaste perra, te equivocaste. Chau Ivana, chau Facebook. Chau Matías"